En nuestro día a día, es fácil pasar por alto cómo nuestra postura influye directamente en nuestra salud general. Solemos pensar que mantener una buena postura es sólo una cuestión de estética o de evitar molestias musculares, pero lo cierto es que su impacto va mucho más allá. De hecho, una postura inadecuada puede ser el origen de dolores de espalda persistentes y afectar negativamente a nuestro sistema digestivo. En este artículo, exploramos cómo se relacionan estos tres aspectos fundamentales de nuestro bienestar y por qué es importante prestarles atención.
La postura: mucho más que estar recto
La postura es la forma en que mantenemos nuestro cuerpo cuando estamos de pie, sentados o en movimiento. Una alineación corporal correcta permite que los órganos internos funcionen sin restricciones y que el sistema musculoesquelético trabaje de manera equilibrada. Sin embargo, pasar muchas horas sentados frente al ordenador, utilizar el móvil con la cabeza agachada o llevar mochilas mal colocadas son hábitos que, con el tiempo, modifican nuestra postura natural.
Una mala postura puede provocar tensiones musculares, desequilibrios en la columna vertebral y compresión de los nervios, lo que se traduce en dolores localizados, especialmente en la zona lumbar y cervical. Pero, además, estas alteraciones posturales afectan a otras funciones del organismo, incluida la digestión.
Dolor de espalda: un aviso del cuerpo
El dolor de espalda es uno de los motivos de consulta más frecuentes tanto en farmacias como en consultas médicas. Aunque en muchos casos está relacionado con esfuerzos físicos o lesiones, en una parte importante de los casos el origen está en la postura. Cuando la columna no está alineada correctamente, los músculos deben compensar, generando contracturas, inflamación y fatiga muscular. Este dolor, más allá de ser incómodo, puede volverse crónico si no se corrige la causa de base.
Además, un dolor de espalda persistente puede generar una respuesta de estrés en el organismo. Esta situación de estrés crónico tiene implicaciones directas sobre el sistema digestivo, ya que puede alterar la producción de jugos gástricos, ralentizar el tránsito intestinal e incluso contribuir a síntomas como el reflujo o la hinchazón abdominal.
La salud digestiva: un sistema sensible a nuestra postura
Nuestro aparato digestivo está alojado en la cavidad abdominal, y su funcionamiento depende también del espacio y la movilidad que le permita la postura corporal. Cuando pasamos mucho tiempo encorvados o sentados en una posición incorrecta, la presión sobre los órganos digestivos aumenta, dificultando procesos como la digestión y la absorción de nutrientes.
Estudios recientes han demostrado que una postura encorvada puede ralentizar el vaciado gástrico y favorecer problemas como la acidez, la distensión abdominal o el estreñimiento. Asimismo, una mala postura también puede influir en el funcionamiento del nervio vago, responsable de regular muchas funciones digestivas. Por tanto, cuidar nuestra postura no solo alivia el dolor de espalda, sino que favorece una mejor salud digestiva.
Un enfoque integral para tu bienestar
La clave está en adoptar un enfoque preventivo e integral. Incorporar pequeños cambios en la rutina diaria —como ajustar la altura de la pantalla del ordenador, mantener una buena ergonomía al sentarse, levantarse y estirarse regularmente o practicar ejercicios de fortalecimiento postural— puede marcar una gran diferencia.
En Farmacia L’Església, en Llinars del Vallès, estamos comprometidos con tu salud global. Sabemos que cuerpo y mente están conectados, y por eso, además de ayudarte con tus síntomas, queremos ofrecerte herramientas para entender mejor cómo prevenirlos.
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